miércoles, 6 de agosto de 2014

17 de agosto de 1850: el paso a la inmortalidad del Libertador San Martín



Desalentado por las luchas internas que enlutaban a nuestro país y luego de la muerte de su esposa Remedios (3 de agosto de 1823) el general José Francisco de San Martín partió hacía El Havre (Francia) el 10 de agosto de 1824 en compañía de su hija Mercedes. Por ese entonces tenía 45 años, era Generalísimo del Perú, Capitán General de Chile y General de las Provincias Unidas del Río de la Plata. En marzo de 1829 regresó al Río de la Plata y el general Lavalle (que había hecho fusilar al gobernador Dorrego) le ofreció la gobernación de Buenos Aires. 

San Martín rechazó la oferta y le respondió que ”El general San Martín jamás desenvainará su espada para combatir a sus paisanos”. Luego de ello retornó a Francia. Allí, en 1831 se reencontró con Alejando Aguado, un antiguo compañero de armas del ejército español, quien lo ayudó generosamente. El glorioso exiliado compró una casona en Grand Bourg, departamento de Essone, cerca de París y recibió visitas de ilustres argentinos (Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino sarmiento, entre otros). Su amigo, el general Tomás Guido lo mantenía informado mediante correspondencia de la situación política imperante en el Río de la Plata. 

San Martín redactó su testamento en París el 23 de enero de 1844, dejando como única heredera a su hija Mercedes, casada con el embajador argentino en Francia, Mariano Balcarce y entre otras disposiciones legó su legendario sable corvo a Juan Manuel de Rosas. En mayo de 1848 se trasladó a la ciudad costera de Boulogne Sur-Mer y allí falleció a las 3 de la tarde del 17 de agosto de 1850 a la edad de 72 años. Se dice que el reloj de la casa se detuvo en el instante de su paso a la inmortalidad. En 1861 sus restos fueron trasladados  la bóveda de la familia Gonzáles Balcarce en el cementerio de Brunoy (Francia) Luego del fallecimiento de su hija Mercedes acaecido el 28 de febrero de 1875 y durante la presidencia de Nicolás Avellaneda se creó la “Comisión encargada de la repatriación de los restos del Libertador”. 

El 28 de mayo de 1880 el vapor “Villarino” arribó a Buenos Aires con sus restos mortales y desde entonces descansan en la Catedral porteña. En su mausoleo está escrito: “Triunfó en San Lorenzo, afirmó la Independencia Argentina, pasó los Andes y llevó su bandera emancipadora a Chile, el Perú y el Ecuador.”

Armando S. Fernández

1 comentarios:

Sr. Cairo dijo...

Un ejemplo a imitar, sin dudas.
Excelente nota.

Saludos

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