domingo, 22 de julio de 2007

La noticia del mes: Homenaje a Héctor Oesterheld

En los salones de la Biblioteca Nacional tuvo lugar del 2 de julio hasta el 15 de agosto la muestra denominada HGO-El Eternauta. Se trata de una importante colección de trabajos de Héctor Germán Oesterheld, el maestro de la historieta argentina. Allí los visitantes pudieron encontrarse con queridos personajes como Ernie Pike, Sargento Kirk, Bull Rockett, Cayena, que hicieron las delicias de generaciones de lectores. Oesterheld suplo plasmar como nadie los caminos de la acción y la aventura y generaciones de lectores crecieron leyendo sus estupendos guiones de historieta. Su máxima creación, El Eternauta, apareció por primera vez el día 4 de setiembre de 1957 en las páginas de la ya célebre revista Hora Cero semanal. Precisamente esa fecha ha sido elegida por los fanáticos de la historieta como Día de la Historieta Nacional. Como todos los grandes el maestro de la historieta argentina vive para siempre en la memoria de los fieles lectores, entre los que, por supuesto, me incluyo.

El día que conocí a Oesterheld y el maestro se hizo cargo de tres series que yo había creado para Editorial Columba

Corría el año 1975 y quien suscribe trabajaba como guionista de la Editorial Columba. Yo había ingresado al “staff” en 1966 y para entonces ya había creado varias series. Cierto día, uno de sus ejecutivos, Antonio Presa, lamentablemente fallecido hace poco me convocó a las oficinas y allí me presentó a don Héctor Germán Oesterheld. Fue un momento que jamás olvidaré, porque yo me había criado leyendo Misterix, Hora Cero y muchas otras de sus revistas. Tenía ante mí al ídolo de todos los guionistas y con gran emoción estreché su mano. Presa me dijo si tenía inconveniente en que el maestro se hiciera cargo de algunas de mis series y yo le respondí que para mí eso era un honor. Así, don Héctor tomó a su cargo las aventuras de Argón, con dibujos de Gómez Sierra, Tres por la Ley, con dibujos de Marchionne y Kabul de Bengala, con ilustraciones del gran Horaico Altuna. Ese día salí de las oficinas de Columba con el “sueño del pibe” cumplido. Había dialogado con el más grande artista de la historieta argentina y ese recuerdo jamás se borrará de mi memoria.

(Fragmento del artículo aparecido en la revista SOLDADOS, número 83- Octubre de 2002)

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