AYLÉN, MI PEQUEÑA LUNA DE ABRIL
Pequeña luna de abril…
Tus ojitos color del tiempo
Azorados miran
Este nuevo mundo
Que está más allá
Del vientre maternal
Pequeña luna de abril…
Cuando sonríes
Iluminas este mundo nuevo
Y con alegría
Los ángeles tañen
Campanas de fino cristal
Pequeña luna de abril…
Tu tibia piel rosada
Posee el perfume de la inocencia
Que conmueve y cautiva
Pequeña luna de abril…
Regalo de Dios
Que al enviarte nos confirma su amor
Pese a nuestras imperfecciones
Pequeña luna de abril…
En el aire juegan tus manitas
Tratando de atrapar
A Javier, tu ángel de la guarda
Que te protege
Y que solo tú puedes ver
Porque nosotros ¡ay!
Ya perdimos la original pureza
De la inocencia
Que ahora en ti habita
Pequeña luna de abril…
Hija de mi hija
Nieta de mi sangre
Que también corre por tus venas
¡Cómo no quererte!
Pequeña luna de abril…
Dos comienzos hay,
El de tu inocente amanecer
Y el de mi trajinado ocaso
Pero al cobijarte en mis brazos
Percibo el eterno río de la vida
Que fluye sin cesar y para siempre nos conecta
Y porque nos convocas
Al más puro amor de todos
¡Brilla siempre para nosotros,
Aylén, mi pequeña luna de abril!
Armando S. Fernández
3 comentarios:
Armando, qué hermoso poema,realmente escrito con emoción, que se transmite.
Un abrazo.
Felipe
Estimado felipe:
Gracias por tus conceptos. Ser abuelo es como volver a ser padre otra vez. Andando el tiempo ya lo vas a comprobar. Un saludo, Armando
hermoso padrino!!!!!sin duda Javier siempre cuida de tus nietos....asi como a tus hijas...
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